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8 consejos para evitar el fraude alimentario como consumidor

¡Hola! Si estás aquí, es porque te preocupa lo que comes, y con razón. El fraude alimentario es un problema que afecta a la industria alimentaria y, por tanto, a nosotros como consumidores. Pero, ¿qué es exactamente el «food fraud» y cómo podemos protegernos? Sigue leyendo, que en este artículo vamos a descubrir juntos algunos consejos para evitar el fraude alimentario como consumidor.

¿Qué es el fraude alimentario?

El fraude alimentario, o «food fraud», es cualquier acto deliberado y fraudulento llevado a cabo para engañar al consumidor. Esto puede ir desde la adulteración de productos hasta el etiquetado incorrecto (que contiene información incorrecta). En este artículo, verás 8 consejos que anotarte desde hoy para evitar el fraude alimentario en casa.

La mayoría de la industria alimentaria trabaja con integridad y concienciada de que su labor es proveer a nosotros, los consumidores, de alimentos que sean seguros. Sin embargo, en todas partes hay alguna oveja negra: la misma industria alimentaria sabe que existen actores que quieren aprovecharse de consumidores desprevenidos.

¿Por qué debería importarnos?

Nosotros, los consumidores, confiamos en que los productos que compramos son seguros y auténticos. Sin embargo, el fraude alimentario pone en riesgo nuestra salud y confianza. Además, ¿alguien querría gastar su dinero en algo que no es lo que dice ser?

Te ponemos un ejemplo de fraude alimentario: Orégano adulterado con hojas de olivo, acto del que informó la OCU recientemente. Por motivos así, es esencial que estemos informados y sepamos cómo evitar el fraude alimentario.

Tipos de fraude alimentario

1. Adulteración: Se añaden sustancias no declaradas para aumentar el peso o volumen.

2. Sustitución: Se reemplaza un ingrediente por otro más barato.

3. Etiquetado incorrecto / con información omitida: La etiqueta del producto contiene información incorrecta o engañosa para el consumidor.

8 consejos prácticos para evitar ser víctima

1. Conoce el origen: Compra alimentos de fuentes confiables y conocidas. Si el precio es demasiado bueno para ser verdad, probablemente hay fraude.

2. Lee las etiquetas: Asegúrate de entender lo que estás comprando. Si ves ingredientes desconocidos, investiga primero sobre ellos.

3. Compra local: Los productos locales suelen tener menos intermediarios, lo que reduce las oportunidades de fraude.

4. Verifica las certificaciones: Busca sellos de calidad o certificaciones que avalen la autenticidad del producto.

5. Evita comprar en sitios dudosos: Ya sea en línea o en tiendas físicas, si algo te parece sospechoso, confía en tu instinto.

6. Sigue la información sobre alertas: AESAN o la OCU son fuentes fiables que informan sobre retiradas de productos y posible fraude, por lo que es interesante que aproveches la información transparente que está a tu alcance.

7. Participa en comunidades: Únete a grupos de consumidores donde se compartan experiencias y recomendaciones.

8. Denuncia: Si sospechas que has sido víctima de un fraude alimentario, informa a las autoridades pertinentes como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN)

La industria alimentaria se enfrenta al food fraud

El principal actor que desea evitar el fraude alimentario es la propia industria alimentaria. Esto nunca lo pongas en duda: como decíamos al comienzo, aunque existen ovejas negras, el sector es consciente y se esfuerza por prevenirlo.

El principal motivo es obvio: el fraude alimentario hace que los consumidores perdamos la confianza en la industria alimentaria. Cada vez que se comunica una noticia relacionada con un producto que comete food fraud, es un duro golpe para los profesionales que trabajan a diario con integridad en este sector.

El fraude alimentario es un desafío global y tú, como consumidor informado, puedes marcar la diferencia. Al estar alerta y seguir estos consejos, no solo protegemos nuestra salud y bolsillo, sino que también enviamos un mensaje a esa industria alimentaria que comete fraude: exigimos alimentos seguros y auténticos.

El fraude alimentario es un problema de todos

El «food fraud» es un problema real, pero no estás solo en esta lucha. Nosotros, los consumidores, tenemos el poder de elegir y demandar transparencia: como consumidor, podemos evitar el fraude alimentario. Así que, la próxima vez que vayas de compras, recuerda estos consejos y toma decisiones informadas. Todos merecemos alimentos seguros y de calidad en nuestra mesa.

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